#20: El cristal a medio limpiar
Lamentablemente, usar lentes significa tener que limpiar y cuidar una cosa más con regularidad. Si has descuidado la limpieza de la montura y las plaquetas nasales de tus lentes, es hora de que te ocupes de eso. Por supuesto, puede que veas bien a través de los cristales, pero piensa en todas las bacterias y suciedad que se acumulan en las monturas y las plaquetas nasales. Qué asco, ¿verdad? Por no hablar de que unas gafas sucias pueden provocar irritaciones y brotes en la nariz y las mejillas.

Así que toma un paño de microfibra y un poco de jabón suave o limpiador de lentes y frota bien esas monturas. No te olvides de meterte en todos los recovecos, especialmente en las molestas aletas de la nariz. Tu rostro (y tus ojos) te lo agradecerán. Además, unas gafas limpias te dan un aspecto más arreglado, ¿y quién no quiere eso?