#43: Por algo se llama cuidado personal
Ya sea tu compañero de vida, tu compañero de piso o tu madre, todos sabemos que vivir con otras personas puede ser un reto, sobre todo cuando se trata de la higiene personal. Pero hay algo que puedes hacer para mantener la paz: ocuparte de tu aseo personal a solas. Eso significa no cortarse las uñas en la sala de estar, no cepillarse el pelo en la cocina y, definitivamente, no usar hilo dental en la mesa (en serio, qué asco).

En su lugar, reserva tu aseo personal para la intimidad de tu dormitorio o, preferiblemente, del baño. No solo evitará que las personas con quienes convives sientan náuseas, sino que también es una muestra de cortesía. Al fin y al cabo, nadie quiere ver tus uñas de los pies volando por la habitación o tu pelo atascando el fregadero. Así que sé considerado y guárdate tu aseo para la intimidad. Tus compañeros de piso (y tus pisos) te lo agradecerán.