#12: Abejas descerebradas
En el mundo de los insectos hay una sorprendente diversidad de estructuras neurológicas. Aunque algunos insectos tienen cerebro, otros emplean un sistema nervioso distribuido para procesar la información y tomar decisiones. En estas especies, en lugar de un cerebro central, distintos grupos de ganglios situados por todo el cuerpo trabajan al unísono para controlar diversas funciones.
Este enfoque descentralizado les permite exhibir comportamientos extraordinarios incluso cuando se les extirpan ciertas partes del cuerpo. Por ejemplo, como describe esta persona, una avispa decapitada que intenta consumir su propia cabeza. Ante la falta de cerebro, el sistema nervioso que le queda a la avispa puede ejecutar acciones instintivas básicas, lo que a veces da lugar a comportamientos peculiares y aparentemente sin sentido que siguen asombrando a científicos y aficionados por igual.