#10: Mareo de las focas
A pesar de su maestría acuática, las focas pueden marearse si las subimos a un barco. Estos mamíferos marinos están bien adaptados a la vida en el agua, dado que poseen un cuerpo aerodinámico y aletas para nadar con eficacia. Sin embargo, el balanceo y el vaivén de un barco pueden alterar su sentido del equilibrio y provocarles mareos, al igual que a los humanos.
Al igual que los humanos, las focas dependen de su oído interno para mantener el equilibrio, y el movimiento constante de un buque puede confundir su percepción sensorial. Aunque pueda parecer sorprendente, esta vulnerabilidad ante el mareo es un recordatorio de que incluso las criaturas oceánicas más hábiles tienen sus límites cuando se trata de adaptarse a las condiciones únicas de la vida en el mar.