#10: Cuando la puntualidad se te escapa de las manos
Admitámoslo: a veces la puntualidad se nos escapa de las manos como arena fina. En esos momentos en los que el reloj no está de nuestro lado y vamos apurados, un poco de creatividad puede salvarnos el día. Si alguna vez te encuentras viendo pasar los minutos, consciente de que vas a llegar tarde, una llamada rápida puede hacer maravillas.
Una pequeña mentira piadosa sobre una llamada inesperada del colegio de tus hijos o quizás un control de tránsito imprevisto por exceso de velocidad que te ha retrasado pueden demostrar que no te tomas el retraso a la ligera. Después de todo, la vida es impredecible, ¿verdad? Solo recuerda que es una solución temporal, no un estilo de vida.