Una sorpresa a la hora del almuerzo
Algunas personas llevan las bromas de oficina demasiado lejos, como el compañero de trabajo de este tipo. Los dos trabajaban con un bravucón de oficina que no le caía bien a absolutamente nadie. Un día, el compañero de trabajo de nuestro narrador se hartó y decidió dejar una sorpresa especial en la lonchera del bravucón. Lo tomó de la nevera común, se lo llevó al baño y… bueno… dejó una sorpresa dentro.
Esta broma es realmente asquerosa, y no aprobamos este comportamiento antihigiénico. Sin embargo, este compañero de trabajo no podía más y quiso darle al bravucón un poco de su propia medicina. El bravucón de la oficina perdió la cabeza cuando descubrió su almuerzo arruinado, lo cual es entendible. El compañero de trabajo del narrador renunció unos meses después sin que lo descubrieran.