El fin
Estos autos pertenecen a dos vecinos, así quienes viven en esta calle pueden ver esta feliz coincidencia todos los días. Hemos visto la patente de una oreja arriba, así que ya hemos tenido la oportunidad de hablar de patentes personalizadas y mencionamos que a menudo son bromas internas.
Por mucho que nos guste creer que esto no es más que una feliz coincidencia, cuando más miramos esta foto, más comenzamos a sospechar que esto no es una coincidencia en lo absoluto. Quizás estos vecinos decidieron comprar estas patentes personalizadas en conjunto, para brindarle un poco de entretenimiento al resto del vecindario. De lo contrario, ¿por qué pondrías “El” y “Fin” en tu patente?